Sin dudas es una profesión de riesgos, pero cuando el “bichito”
del periodismo penetra hasta lo más profundo, no dejas margen para siempre
estar informados, ser consecuente con la ética periodística y disfrutar
intensamente el estar en el borde delantero de la noticia, tanto en un
escenario de guerra o acompañando el ejército de batas blancas en difíciles
misiones, incluso poniendo en riesgo la vida.
Tener la satisfacción del trabajo publicado tanto en los
medios impresos como radiales o televisivos, nos compromete mucho más a ejercer
nuestro trabajo con dignidad, aunque en ocasiones haya quienes se molesten por
alguna pregunta o cámara en mano.
Es difícil ser periodista. El lector te enjuicia y los de
arriba también, pero cuando se cumple con dedicación y apego a la verdad el
oficio de informar al pueblo, no hay equivocación, el pueblo te reconoce y
admira.
Los periodistas cubanos, nacidos de ese propio pueblo,
con sencillez y humildad seguiremos el camino escogido al lado de la Revolución
y la verdad.